Antigua oración a San José
Esta oración fue descubierta el año quincuagésimo de Nuestro Señor Jesucristo. En el siglo XVI, o en los años de 1500 A.D., etc., envió el Papa esta Oración al Emperador Carlos. El emperador recibió esta oración al prepararse para emprender la batalla.



O San José, cuya protección es tan grande, tan poderosa y eficaz ante el trono de Dios, en vuestras manos entrego todos mis intereses y mis descos.

O San José, asistidme con vuestra poderosa intercesión. Obtened para mi, de vuestro Divino Hijo, Nuestro Señor, todas las bendiciones espirituales que necesito. A fin de que, habiendo conseguido, aquí en la tierra, la ayuda de vuestro poder celestial, pueda ofrecer mi gratitud y homenaje, al Padre más Amoroso.

O San José, nunca me cansaré de contemplaros con el Niño Jesus dormido en vuestros brazos, No me atrevo a acercarme mientras que el Niño reposa sobre vuestro corazón. Abrazadle fuertemente en mi nombre, y de parte mia, besad su fina y delicada Cabecita. Luego, suplicadle que me devuelva ese beso a la hora de mi último suspiro. San José, patrón de los moribundos, rogad por nosotros.

Amen.


Imprimatur
Rvdimo. Jorge W. Ahr
Obispo de Trento